"La historia que respalda cada Servicio"

ABANDONO

Viví el crecer sin un padre en mi niñez y adolescencia, durante 16 años y también gran parte de mi vida adulta.

Sin tener respuestas. Solo preguntas. ¿Por qué me abandono? ¿Porqué no me quiere? ¿Volverá?

Algunas de las preguntas que más duelen en Nuestro ser. Vivi con ellas durante decenas de años.

Aprendí cientos de lecciones a lo largo de los años, una de ellas, que el abandono marca, pero no define. Que la decisión de ausencia de una persona, no debe relacionarse con ausencia de valor en ti.

Hoy, cuando una mujer o persona me dice “tengo miedo" o "temo que me abandone”, no es teoría para mí. Es visceral. Es vivencia. Conozco ese miedo como solo algunos pueden.

CUIDADO Y ESFUERZO

Mi madre enfermó de ELA: esclerosis lateral amiotrófica en el año 2015, hasta su Muerte en 2022.

Esta enfermedad es terminal, sin cura. Con parálisis de progresión rápida. Postrada en cama por más 5 años. Muerte lenta y dolorosa.

Siendo padre de un niño pequeño y profesor de universidad, durante 7 años acompañe, ayude y protegí a mi mamá, y 4 años fui su cuidador principal.

Viví límites casi imposibles. Esa culpa de “no puedo estar en dos lugares a la vez.” Esa angustia de “¿y si algo sucede y no estoy?”

Abandoné una carrera profesional segura y en crecimiento, que construí por 16 años. Sacrifique muchas de mis oportunidades de avance.

Lo dejé TODO por estar presente en lo que más importaba. Acompañar a mi mamá.

Y lo volvería a hacer sin dudarlo.

Porque viví el amor real de una madre y no se compara al valor de lo económico. Para mi era compromiso sagrado.

Hoy, cuando una madre me dice “¿cómo cargo con mis hijos y mi dolor?” Sé EXACTAMENTE el peso de ese tipo de situaciones. No es solo una pregunta. Es su historia. Y es mi historia también.

"No llegué a este trabajo porque cursé un postgrado y me certifiqué. Llegué porque viví cientos de situaciones graves similares a las que te pasaron a ti o estás viviendo ahora. Y aún así, encontré soluciones para tener bienestar personal permanente.

Por eso quiero compartir contigo, algunas de mis experiencias de vida más dificiles.

PÉRDIDA DE QUIÉNES AMAS.

Viví la enfermedad y muerte de mi Madre, de mi segunda madre, mi abuela y de mi abuelo. Quizás las tres personas que más me amaron y amé.

No leí sobre duelo en una universidad. Lo viví. De frente. Sin escapatoria.

Nunca más compartir con la persona que te ama. El vacío que queda. Las cosas que nunca dirás. Las preguntas que nunca responderán.

Pasé meses en duelo por cada uno de ellos.

Y descubrí algo: la vida es diferente. Con cicatrices.

Aprendí que la transformación comienza cuando aceptas lo que NO puedes cambiar. Y cuando actúas sobre lo que sí puedes.

Hoy, cuando acompaño a una mujer en separación o duelo, no juzgo su dolor. He estado en esa situación. He probado herramientas que pueden ayudarla.

CRISIS DE PAREJA, SEPARACIÓN Y DIVORCIO.

Casado con alguien a quien amé profundamente.

Años de ilusión. De planes. Llenos de amor y “será para siempre.”

Y luego, despertar a la dura realidad: como pareja no funcionábamos bien.

Viví la complejidad de amar a alguien, pero entender que no eramos tan compactibles, que no nos iría bien a futuro, que íbamos a sufrir ambos estando juntos.

Las noches insomnes, la culpa pensando “¿qué hice mal?” “¿porque no me entiende?” Las conversaciones difíciles donde nada se resolvía.

Viví la separación. Después de 8 años de matrimonio, decidí que era mejor ir separados.

La ruptura de algo que creías eterno.

Pero también descubrí que a veces, el amor más verdadero no es obligarse a estar juntos, es el que tiene la fuerza para decidir lo mejor para el bienestar de ambos.

Hoy, cuando una mujer me dice “no sé si continuar en mi relación,” no la juzgo. No la empujo. Le doy herramientas para que ella decida desde la claridad, no desde el miedo.

Porque he estado en esa encrucijada. Y sé lo importante que es decidir bien.

DOLOR PATERNAL

Separado de mi hijo por circunstancias incontrolables.

La distancia. La angustia. El “¿estará bien?” ¿como puedo protegerlo?

Viví lo que algunas madres y padres viven: La preocupación constante. La culpa por no poder estar fisicamente cada día.

Pasé meses en impotencia, cuestionando el destino. No poder abrazar. No poder estar en persona en alguno de sus momentos importantes. Solo llamadas, mensajes, videollamadas.

Y descubrí algo importante: la conexión trasciende la distancia. importa más la PRESENCIA EMOCIONAL.

Hoy, cuando acompaño a una madre que lucha por mantener conexión con sus hijos estando físicamente o no, entiendo ese miedo. Cada sacrificio. Cada vez que pensó en rendirse.

TRANSFORMACIÓN A TRAVÉS DE CONOCIMIENTO

14 años estudiando Desarrollo Humano.

No en aulas, sino en CRISIS REALES.

Cada dificultad se convirtió en preguntas: ¿Por qué duele esto? ¿Cómo salgo? ¿Hay ciencia detrás?

Leí. Estudié. Investigué. Apliqué. Fallé. Ajusté. Volví a intentar. Mejoré.

Cada fracaso fue aprendizaje. Cada dolor fue ciencia.

Hoy tengo:

Certificación Internacional en Coach Ontológico (ICL 1) Candidato a ICL 2

Máster en Psicoterapia,

18 años de experiencia como profesional en educación y ciencias administrativas,

14 años de aplicación comprobada En mi vida y en decenas de personas

Pero lo más importante, lo que realmente importa: LA CREDIBILIDAD DE LA EXPERIENCIA Y SUPERACIÓN REAL.

UN CAMINO PROBADO!

Algunos expertos dicen: “Tengo años de experiencia.”

Yo digo algo diferente:

**“He estado donde tu has estado. En el miedo más visceral. En la desesperación que no ves en otros.

Y encontré un CAMINO que FUNCIONA.

No es teoría. No es esperanza basada en libros.

Es un camino probado. Una y otra vez. En mí mismo. En decenas de personas.

Eso es lo más importa.